El Test de Cooper fue desarrollado en 1968 por el Dr. Kenneth H. Cooper, un médico de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos. Su objetivo era evaluar la capacidad aeróbica de los soldados mediante una prueba sencilla pero eficaz: correr la mayor distancia posible en 12 minutos. Desde entonces, este test se ha popularizado en el ámbito deportivo y escolar por su fácil implementación y validez como indicador del estado físico.
Esta prueba es especialmente útil para medir la resistencia cardiovascular. Es ampliamente utilizada en programas de entrenamiento físico, en evaluaciones escolares y en pruebas de acceso a cuerpos de seguridad. Los resultados del Test de Cooper se interpretan con base en la distancia recorrida en 12 minutos, el sexo y la edad de la persona evaluada.